Hoy el cielo vuelve a derramar lágrimas de pena y rabia acumulada.
Harto de brillar, cambiar, volar y mantenerse a la intempérie allí en lo alto… Hoy se deja llevar por las nubes y llora con todas sus fuerzas para vaciarse de dolor y dormir tranquilo esta noche.
Ese gran desconocido al que admiramos y creemos conocer se caería a plomo si no fuera por la fuerza de su ímpetu valiente.
Y a pesar de todo ahí está cada día con todas sus contradicciones.
Encadenado al paso del tiempo observa paciente sin poder cambiar el rumbo de su existencia.
A mi m’agrada un cel clar on pugui dir, mira, allà està passant una estrella fugaç.
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